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La verdadera historia de La Matanza de Texas

La verdadera historia de La Matanza de Texas

La película La Matanza de Texas esconde tras ella una verdad en forma de historia real que conmocionó a la sociedad norteamericana durante los años 60. Horribles crímenes de mano del asesino Ed Gein quien inspiró este popular film. Esta serie de estremecedores descubrimientos han sido desde entonces materia de inspiración para incontables historias de asesinos. El asesino serial Buffalo Bill del Silencio de los Inocentes tiene obvios orígenes en los descubrimientos de la granja de Gein, siendo un sujeto que experimentaba placer y morbo con la piel de sus victimas con las que efectuaba enfermos rituales travestis. Luego Arthur Bloch se inspiró en Gein para la creación de Norman Bates el disfuncional asesino que fue llevado a la pantalla grande en Psicosis, del director Alfred Hitchcock. Otra película que parcialmente reproduce los hechos de Plainfield, es The Texas Chainsaw Massacre y a pesar de que no hay un personaje en la película que sea exactamente Gein, varios aspectos recuerdan perfectamente la granja del psicópata en cuestión. Esta cinta puso de nuevo en el panorama al monstruo de Wisconsin a mediados de los 70. Hasta hubo un remake hace poco protagonizado por Jessica Biehl. Sin embargo y por increíble que parezca, a Eddie Gein no se le pudo ligar mas que a la muerte de dos personas, cuestionándose inclusive su presencia en las listas de asesinos seriales del mundo. Para que recuerden de que hablamos, este es el trailler de la película que todos conocemos.
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Ahora volvamos a la realidad, según cuentan fuentes oficiales de la policia, la tarde del 8 de diciembre de 1954, un granjero de Plainfield, en Wisconsin, entró en "la taberna de los Hogan" a beber en esa fría tarde de invierno cuando descubrió con espanto mucha sangre que cubría el suelo. La dueña Mary Hogan, había desaparecido. El comisario observó que no había señales de lucha aparentes y que la caja registradora seguía llena, pero determinó que la mujer había sido asesinada y que su cuerpo había sido arrastrado hasta un coche que esperaba fuera.
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Los informes forenses tan sólo confirmaron las conclusiones a las que había llegado el comisario y no arrojaron ninguna luz sobre el caso. Todos los datos que pudieron compilar no los llevaba hasta ningún sospechoso, asi que la desaparición de Mary Hogan era un misterio para la policía y para los habitantes del pequeño pueblo.


Un mes después de este suceso, el propietario del aserradero de Wisconsin comentaba el caso con un hombre de complexión débil, mediana edad, pelo rubio, ojos azules y tímido que vivía en una granja de madera a pocos kilómetros de allí. Su nombre era Ed Gein, quien vivía solo desde la muerte de su madre en 1945 y se ganaba la vida haciendo toda clase de trabajos a los vecinos de Plainfield, ya que contaba con una pequeña pensión del gobierno. Fue su habilidad en este tipo de trabajos, que empezó a ser conocido entre los lugareños como una persona trabajadora, cumplidora, fiable pero excéntrica. El propietario del aserradero no se llevaba muy bien con Gein. Encontraba extremadamente difícil hablar con él porque a veces éste comenzaba a reír con nerviosismo sin motivos como un desequilibrado, o por sus comentarios inoportunos que dejaban a la otra persona sin saber que decir.


En esta ocasión, el hombre recordó que Gein solía sentarse solo en un rincón de la taberna mirando fijamente a la dueña del local absorto en sus pensamientos con una jarra de cerveza, y supuso que estaba enamorado de la mujer. Le sugirió bromeando, que si le hubiese hablado a Mary con claridad de sus sentimientos, probablemente en ese momento estaría en su granja cocinando y esperando a que volviera en lugar de haber desaparecido presumiblemente asesinada. Gein, con un extraño gesto puso los ojos en blanco y le respondió con una de sus conocidas sonrisas: "No está desaparecida. Ahora mismo está en la granja". El hombre se encogió de hombros y no le tomó en serio, después de todo, era el tipo de comentario que se esperaba de él... no se podía imaginar lo que había hecho.





Nació el 27 de agosto de 1906, hijo de madre austera y fanática religiosa que despreciaba a su débil y borracho marido. Cuando ambos discutían, que solían hacerlo con frecuencia, el hombre se emborrachaba y pegaba a sus dos hijos, pero se ensañaba con el pequeño Ed. Ella consideraba a todas las mujeres del pueblo como pecadoras, y prohibía a sus hijos acercarse a estas mujeres que vivian en pecado permanente.







Desde el primer momento, la vida de Ed estuvo completamente dominada por su madre, quien se había prometido a sí misma que su hijo no sería nunca como esos hombres lascivos, ateos y alcoholizados que veía a su alrededor. Seguía una disciplina muy dura castigando a sus hijos, e incapaz de darles el consuelo y el amor de una madre. Gein no tuvo contacto con otros niños, pues todo el mundo suponía ante los ojos de esa madre una amenaza para la pureza moral de su hijo. Su padre muere cuando él era chico y su hermano durante un incendio forestal, quedando Ed como el único "nene de mamá". Así durante treinta y nueve años hasta que la mujer moría víctima de un ataque al corazón, dejando tras ella un hombre dependiente, reprimido y sólo, en un mundo que apenas comprendía. La mañana del sábado 16 de noviembre de 1957, Ed Gein asesinaba a la dueña de la ferretería del pueblo, Bernice Worden, disparándole una bala con su viejo rifle de caza del calibre 22. También en esta ocasión se llevó el cadáver en la furgoneta, dejando el suelo del local encharcado de sangre. Pero esta vez, habría un testigo... el libro de contabilidad.

En su última anotación, figuraba el nombre de Ed Gein, a quién habría vendido su último anticongelante. En la foto de su última víctima, Bernice Worden, tomada por la policia en el momento de la inspección de su domicilio, el cadaver se encontraba decapitado y con el cuerpo completamente abierto, escena que los oficiales de policía no olvidarán jamás. Arrestaron a Gein, mientras otros dos policías se dirigían inmediatamente hacia su granja con la intención de llevar a cabo un registro minucioso de la propiedad.



Al entrar, el comisario sintió como algo le rozaba el hombro, y al volverse se topó con un cuerpo decapitado de mujer con un profundo agujero en el estómago que colgaba del techo. Después de recuperarse del shock por el horror que habían presenciado, y tras pedir ayuda por radio, los dos hombres volvieron a la casa. El cadáver colgaba de un gancho por el tobillo y con un alambre le habían sujetado el otro pie a una polea. Habían cortado el cuerpo desde el pecho hasta la base del abdomen, y las tripas brillaban como si las hubiesen lavado y limpiado. No había duda que el causante de ese terrorífico espectáculo era una persona enferma. Era difícil de creer que un ser humano pudiera vivir allí. Por todas partes se veían montañas de basura y desperdicios, cajas de cartón, latas vacías, herramientas oxidadas, excrementos, revistas pornográficas, de terror y de anatomía humana, chicles pegados en las tazas y una dentadura sobre el mantel de la mesa.


Había varios cráneos por la cocina, algunos partidos por la mitad y empleados como cuencos. Más tarde, en cuanto llegaron más patrullas, se descubrió en el interior de la casa todo el horror que allí escondía. Había varios cráneos esparcidos por la cocina, unos intactos y otros partidos por la mitad y empleados como cuencos. Una inspección más detenida reveló que una de las sillas de la cocina estaba hecha con piel humana, como las pantallas de las lámparas, las papeleras, las fundas de los cuchillos e incluso alguna prenda de vestir, como un chaleco o un cinturón formado con pezones humanos.



Entre los más atroces descubrimientos, se encontraron unas cajas con los restos humanos pertenecientes a diferentes cuerpos sin identificar, el corazón y la cabeza amputada de Bernice Worden en una bolsa de plástico, una colección de nueve máscaras de piel humana con el pelo intacto, de las cuales, cuatro colgaban en la pared que rodeaba la cama de Gein, etc. Había decorado el interior de su casa de madera con esas máscaras confeccionadas con tiras de piel procedentes de auténticos rostros humanos y con los cráneos colgados de las columnas de su cama. La única habitación de la casa que parecía normal era una sellada con tablones en la puerta y perfectamente ordenada... la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945, doce años antes, la habitación había estado cerrada con clavos como un sepulcro.



Ed Gein explicó a la policía después de su detención que después de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con él durante más de un año, hablándole mientras se adormecía. Dijo que había sido en esa época cuando desarrolló su fascinación por la anatomía. El caso de Ed Gein es, desde un punto de vista médico, uno de los más complejos de la criminología. Voyerismo, fetichismo, travestismo y puede que necrofilia, integraban su personalidad. Sin embargo, a medida que se iba conociendo su verdadera historia se hizo evidente que esas perversiones eran meras manifestaciones de una psicosis profunda, un trastorno mental que tenía sus raíces en la relación anormal que tenía con la madre.







Gein murió por insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984 siendo anciano, tras décadas de reclusión en una unidad psiquiátrica del Hospital para psicóticos de Winsconsin, donde resultó ser un paciente modelo. Todas las enfermeras decían que parecía un hombre lindo e inofensivo. En una prueba realizada en el hospital, tenía que explicar refranes conocidos. Al decir el doctor: "más vale pájaro en mano, que cien volando" Ed Gein soltó una risita y dijo: "Si tienes en la mano un pájaro y lo exprimes demasiado, lo puedes matar". Los doctores decidieron que no podía salir al mundo exterior. En la actualidad, sus restos descansan en el cementerio de Plainfield, al lado de los de su madre.



La película Deranged de 1974, protagonizada por Roberts Blossom, está basada en el personaje. De igual forma, la decoración de la casa de la película Masacre en Texas, así como el asesino Leatherface (Cara de Cuero) y su máscara de piel humana, están claramente inspirados en Gein. En la serie de televisión Prision Break, aparece el personaje Theodore T-Bag, con el que mucha gente lo identifica.
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