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Tipos de películas de terror

Tipos de películas de terror

Aunque resulta poco preciso clasificar los distintos tipos de películas de terror, ya que los géneros se superponen y se cruzan unos con otros, he intentado dar una visión personal lo más genérica posible, intentando abarcar todo tipo de films del género. Una película de terror podrá ser, por ejemplo, de estilo clásico, realista, de ambientación contemporánea y psicológica, pero bien podría ser también de estilo clásico, de ciencia ficción, gótica y física, como por ejemplo Frankenstein (James Whale, 1931). Todos estos estilos pueden mezclarse, pero he establecido una dicotomía entre ciertos tipos de films, por ejemplo o es clásica o es moderna. Luego, un film clásico de terror podrá ser realista o no, podrá ser gótico o no y podrá ser psicológico o no. Éstas son las clasificaciones que he considerado:

Clásico o moderno
El terror clásico es aquel que tiene como base los esquemas esenciales del género, mayormente tiene sus raíces en la literatura gótica, con figuras tales como la del vampiro, el hombre lobo o el fantasma, o bajo determinados temas criminalísticos. La literatura clásica de terror abarca hasta mediados del siglo XIX, con la irrupción de los padres del terror moderno, Edgar Allan Poe y Joseph Sheridan Le Fanu. Es por ello que, en teoría, el cine de terror, ya en muchas de sus películas de los años 30, tiene una estructura moderna, pero en el séptimo arte no está tan clara la división entre los esquemas clásicos del género y la ruptura moderna. Hay quienes consideran que el cine de terror clásico se limita a los años 30 y 40, con las obras de la Universal como las más representativas, considerando que la ciencia ficción terrorífica de los 50 ya queda embarcada en el terror moderno. Pero, en todo caso, donde sí hay unanimidad es en considerar que el cine de terror moderno existe, como mínimo, desde los años 70.

Una de las características del cine de terror moderno es su alejamiento de los esquemas góticos, con una ambientación de cotidianos ambientes urbanos o locales. Suele ser más realista, incluyéndose lo sobrenatural cuando se hiciera como algo inverosimil o extraordinario, frente a la “naturalidad” con que lo fantástico convive con lo terrenal en el universo gótico. La figura del monstruo, de hecho, cobra menos importancia, por ello con la llegada del terror moderno géneros como el psycho-killer experimentaron un auge. La censura histórica en el cine también ha dado como resultado que mientras que el terror clásico se base más en la sugerencia, el terror moderno, con la llegada de mayores libertades en los 70, pudiese ser más sangriento y sexual.

Por tanto, en el terror clásico podemos albergar la mayoría de las obras góticas, tales como los Drácula y compañía, si bien también obras de ambientación más moderna o contemporánea como Freaks: La parada de los monstruos (Tod Browning, 1932) y Los ojos misteriosos de Londres (Walter Summers, 1940), y con elementos fantásticos o de ciencia ficción como King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933) y La guerra de los mundos (Byron Haskin, 1953). Films representativos del terror moderno son obras como El exorcista (William Friedkin, 1973), La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974), Carrie (Brian De Palma, 1976) y Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979).

Gótico o contemporáneo
Una vez explicado lo anterior, queda también explicada en parte la diferencia entre el cine de terror gótico y el resto. La literatura gótica de terror se inicia en 1765 con El castillo de Otranto de Horace Walpole, abarcando desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, cuando empezó a ser renovada con nuevos estilos de terror (los mencionados Poe y Le Fanu). Recurre a los esquemas más clásicos del miedo, es decir, lugares tenebrosos como castillos, mansiones y cementerios, atmósfera oscura y misteriosa, inspiración en leyendas populares... de ahí la conocida iconografía basada en vampiros, hombres lobo, fantasmas, demonios y otros monstruos, muchas veces, aunque no necesariamente, ligando lo sobrenatural con lo gótico. Para entender la literatura gótica hay que conocer el movimiento del romanticismo, desarrollado durante los siglos XVIII y XIX, el cuál tenía un especial gusto por el medievalismo y, en general, por épocas pretéritas, de ahí que las obras de literatura gótica se ambienten en la Edad Media o en contextos culturales pasados como el Renacimiento o el Barroco, aunque también había obras ambientadas en su época contemporánea, la época victoriana.

En el cine de terror, el género gótico fue el más importante del periodo clásico, desde los primeros films de terror de los años 20 hasta las producciones de la Hammer de los 60, si bien en los años 50 el gótico tuvo su primera crisis frente a la contemporaneidad de las películas de terror de ciencia ficción, y en los años 40 el terror contemporáneo empezaba a tomar fuerza. Con la llegada del terror moderno en los 70, lo contemporáneo, la ambientación cotidiana y realista frente al tenebrismo gótico, se terminó imponiendo. En muchos casos, los conceptos e iconos góticos se trasladan a la contemporaneidad, por ejemplo en El ansia (Tony Scott, 1983) la figura del vampiro se desliga de los tradicionales esquemas góticos, adaptándose a la modernidad.

Realista, fantástico o de ciencia ficción
Una de las divisiones más claras que se puede establecer en el cine de terror se basa en su pertenencia o no al más estricto cine fantástico, pues en sí toda película de terror está influida por el género fantástico, pero aquí nos referiremos a los films dependiendo de si son o no temáticamente fantásticos. Puede establecerse una distinción entre el cine de terror “realista”, aquel que suele tratar temas normalmente criminalísticos, por tanto muchas veces encuadrados en el thriller de terror, como es el caso de las películas de psycho-killers, por ejemplo Los ojos misteriosos de Londres (Walter Summers, 1940), y por otra parte el terror fantástico. Dentro de lo fantástico podemos considerar dos vertientes, la de fantasía, con elementos sobrenaturales, que va desde films como Drácula (Tod Browning, 1931) hasta Carrie (Brian De Palma, 1976), y que encuadra a la mayoría de películas de terror, y por otro lado la vertiente de la ciencia ficción, con películas como Frankenstein (James Whale, 1931) y Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979).

Físico o psicológico
Por lo general en toda película de terror se entremezclan recursos tanto físicos como psicológicos para inquietar o asustar al espectador. Podríamos decir que, según hacia donde se incline la balanza, se puede considerar una película de terror como física o como psicológica. El terror físico es aquel que, físicamente, asusta. Sea por una determinada imagen, un determinado escenario o una determinada música. En el cine queda claramente definido, como medio audiovisual que es, en lo que vemos y en lo que oímos. Una escena de violencia, o un golpe de sonido, son claramente efectistas elementos físicos. Por el contrario, lo psicológico excluye lo físico, es decir, no se basa en las simples percepciones de los sentidos. No es algo que se vea o se oiga, es más bien algo que se intuye. Es una forma de terror más compleja, pues se basa en los detalles para que en el cerebro del espectador se vaya instalando una sensación de terror.

La clásica literatura gótica, desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, con sus castillos misteriosos, bosques siniestros y cementerios aullantes, con sus monstruos y sus derramamientos de sangre, representa los esquemas clásicos del terror físico. Poe y Le Fanu serían sin embargo los padres del terror psicológico, sin caer en los elementos más obvios del género de terror, huyendo del efectismo mediante técnicas más complejas dirigidas a la mente del lector. En el cine de terror puede establecerse una equivalencia similar. El que es considerado el primer largometraje de terror, El estudiante de Praga (Stellan Rye y Paul Wegener, 1913), es de hecho un film de terror psicológico, inspirado por autores como Poe y Goethe. Pero mayormente el grueso de la producción de cine de terror se cimenta en films de terror físico, algo que, en parte, se potenció con la llegada del terror moderno en los 70, más efectista.

Finalizado aquí el artículo, como es natural, todo lo dicho anteriormente es muy susceptible de ser discutible por la mencionada poca división clara entre los distintos tipos de películas de terror y la consideración de qué clasificaciones son más o menos correctas, pero creo que sí es un acercamiento general a los distintos contenidos que se pueden dar en el género.
- Paco Antequera
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